Ahí está Pepe. El personaje con el que arranca esta historia...
Un loro que se ha convertido en la mascota de la familia y que de vez en cuando suelta una que otra palabra para entretener a los que van pasando. Un día mi tía Cleer y su gente lo amaestraron para sacarle sonrisas a las visitas. Así fue como Pepe creció y creció diciendo típicas frases como “Lorito real… ¡Visto de verde y soy liberal!” (y una que otra grosería, por supuesto). Hoy en día, Pepe ya viejo es la evidencia de un tiempo en que todo tiene gran significado. Ya casi no dice palabra pero nos recuerda que los años pasan y que mientras pasan él ha convivido con gatos, perros, gallinas y muchas pero muchas personas que deambulan en la casa de la “Niña Lucy”. Descubro entonces que Pepe podría contarnos mucho más que las paredes…
El canario
El Canario es un quién y un qué. Es un animalito con 4 ruedas que no se compara ni con la mejor ave ni con el último modelo BMW.
El canario
El Canario es un quién y un qué. Es un animalito con 4 ruedas que no se compara ni con la mejor ave ni con el último modelo BMW.
Se trata del Jeep de mi abuela en el que han transcurrido los años de la familia, los paseos de olla, las idas y regresos a la finca y a todas partes que sean destino familiar. La niña Lucy lo compró “cuando la plata valía” (1973) en $500.000 pesos y se convirtió desde entonces en el vehículo de los hijos y los nietos. El Canario, hizo posible que mi mamá y mis tíos pudieran ir a estudiar a Medellín porque traía al pueblo los frutos de la finca de mis abuelos, que efectivamente vendían cuando salía el sol. También hizo posible que todos cantáramos por horas de regreso a la casa después del paseo a la finca o a Coveñas. Hizo posible, en resumen que pudiéramos soñar sobre ruedas y construir el futuro que de muchas maneras hoy me hace posible. Sólo por eso y nada más que eso, se le rinde tributo al Gran y Sabio Canario…
4 comentarios:
Si pudiera poner en un sitio todos los sentimientos que me ha generado tu blog, escojería sin duda al canario. Me he reido, he leido con gusto y hasta he tenido que tragar grueso para no pasar pena frente a mis compañeros del trabajo llorando. Siento un orgullo triple: orgullo porque eres mi prima y cada vez nos sorprendes más con tu inmensa capacidad de crear y recrear; por las maravillosas herramientas que nos brinda nuestro lenguaje para expresarnos y hacer de algo íntimo, una experiencia universal; orgullo por este conjunto de casitas donde crecimos; y por último, orgullo por mi Colombia querida que me da el privilegio de pertenecer a dos naciones al mismo tiempo.
Te quiero colega.
Tu prima-chama
MELI
increible que en la memoria de un color , se gurden tantos recuerdos y hermosos momentos.
Ese jeep es milenario, debe sobrepasar el millón de kilómetros recorridos...
Saludos Chia
Leo
El Jeep amarillo, en sus varias encarnaciones siempre ha sido el carrito que pudo. Andando por los caminos mas difícil y campestres siempre ha demostrado su fortitude. Para mi "el amarillo," como siempre le decía yo, fue donde aprendí a manejar a la muy madura edad de 13. Fue también donde hice innumerables viajes a la finca para recojer leche y trasportar a los campesinos de la región. El amarillo siempre dio mas de lo que se le pedía--incluyendo muchas memorias.
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